Implantes de Lentes Intraoculares: La Historia Interna
Por el Dr. Latif Hamed, MD, FAAO
Colaborador Experto
Durante mis 30 años de trayectoria en cirugía ocular, ninguna historia ha sido tan dinámica y emocionante como la historia del cristalino natural humano dentro del ojo, su opacidad llamada catarata, y nuestros intentos constantes de mejorar el proceso mediante el cual se remueve la catarata y se reemplaza por un implante de lente sintético.
El material y el diseño de este lente intraocular sintético han sido objeto de investigación y perfeccionamiento durante un siglo.
La historia de la catarata comienza aquí:
El ojo humano tiene un lente dentro de él, anclado detrás de la pupila. Esto inspiró el diseño de la cámara fotográfica, con una lente detrás del obturador. Este lente natural está compuesto por una proteína similar a la clara de huevo: cuando es fresca, es transparente, y cuando se “cocina”, se vuelve opaca. Con el tiempo, la proteína que compone el cristalino natural humano se “cocina”, se desarrolla una catarata, y nuestra visión se ve afectada.
El cristalino joven es una maravilla creativa: enfoca de lejos y rápidamente puede hacer zoom para lograr una imagen clara de cerca, sin aberraciones ópticas indeseadas. Sin embargo, a medida que envejece, el cristalino comienza a perder algunas de sus capacidades notables en un proceso llamado síndrome de lente disfuncional (DLS, por sus siglas en inglés). Este síndrome comienza con la pérdida gradual de la acomodación (zoom) debido a la pérdida de elasticidad del lente natural, lo cual suele notarse alrededor de los 40 años (cuando “los brazos ya no son lo suficientemente largos”), y eventualmente obliga al uso de gafas para leer.
Algunas personas, en este punto, pueden optar por un procedimiento para cambiar este lente disfuncional por un lente intraocular sintético (IOL) diseñado para ayudar a eliminar la necesidad de gafas.
El DLS progresa a medida que el lente pierde transparencia y aparecen fenómenos ópticos no deseados como deslumbramiento y halos. Eventualmente, el lente se vuelve lo suficientemente opaco como para afectar la capacidad de la persona de realizar sus actividades diarias: esta opacidad es lo que llamamos catarata. En este punto, los cambios en el lente se consideran médicamente significativos, y la persona puede optar por una cirugía de catarata. En resumen, la cirugía de cataratas es un procedimiento mediante el cual el viejo lente natural, disfuncional y opaco, es reemplazado por un lente intraocular (IOL) artificial.
Este IOL ha recorrido un largo camino desde su creación hace unos 70 años. Los primeros modelos eran rígidos y de baja tecnología óptica. Los IOL actuales son maravillas tecnológicas avanzadas y, en general, se dividen en dos grupos básicos:
Lente monofocal: corrige la visión a distancia, pero el paciente todavía necesita gafas para leer.
Lente multifocal: diseñado para enfocar imágenes tanto de lejos como de cerca, y puede reducir o eliminar la necesidad de usar gafas para cualquier tarea visual.
Este grupo multifocal tiene varios tipos diferentes: algunos son más adecuados para golfistas y personas activas al aire libre; otros, para usuarios intensivos de computadoras; y otros más, para quienes leen letra pequeña con frecuencia. Es particularmente crucial hacer coincidir el tipo de lente implantado con las necesidades visuales del paciente.
El campo de los implantes de lentes intraoculares está lleno de numerosas opciones. Les digo a mis pacientes que hay tantos modelos y formas de lentes como modelos de automóviles en la carretera: elegir el mejor lente para los ojos del paciente, que cumpla con sus demandas visuales, garantiza un “viaje cómodo”.
Los lentes intraoculares difieren en:
Rigidez (rígidos vs. flexibles)
Si son de una o tres piezas
Si están hechos de silicona, acrílico u otro material
Si son esféricos o asféricos
Si son monofocales, multifocales o acomodativos
Estas opciones son maravillosas porque, en el momento de la cirugía, podemos elegir el lente que mejor se adapte al paciente. Por ejemplo, los pacientes con posibles problemas de retina no son candidatos para lentes de silicona, porque si alguna vez necesitan una cirugía de retina que requiera aceite de silicona, la presencia de un lente de silicona dificulta la visualización.
Aunque los lentes multifocales son una maravilla tecnológica, brindando a la mayoría de los pacientes la capacidad de ver de lejos y de cerca sin gafas, no son adecuados para todos. Por ejemplo, no utilizo lentes multifocales en pacientes con degeneración macular o retinopatía diabética, ya que estos pacientes no obtendrán todos los beneficios de tales lentes, y un lente monofocal puede brindarles mejor calidad visual.
Realizo la cirugía de cataratas un ojo a la vez, no solo como precaución contra infecciones (extremadamente raras con las instalaciones y técnicas modernas), sino también porque, al operar el primer ojo, obtenemos mediciones posteriores a la cirugía que consideramos al realizar la cirugía en el segundo ojo. Esto asegura que ambos ojos trabajen de forma óptima en sincronía para brindarle al paciente la mejor visión posible.
Pocos pacientes me preguntan qué lente implantaré durante su cirugía de cataratas, en términos de material y diseño. Creo que el conocimiento es poder. A través de mis escritos, conferencias y atención al paciente, intento aumentar la conciencia sobre las diferencias entre los implantes, porque creo que cuanto más informados estén los pacientes, mejores decisiones tomarán para su salud ocular.
Nosotros, los oftalmólogos, somos algunos de los profesionales más detallistas, ya que nuestro trabajo no se mide en pies o pulgadas, sino en micras. Cuando esa calidad se combina con un paciente bien informado y con deseo de aprender, el resultado son buenas decisiones que hacen feliz al paciente y también al oftalmólogo, quien se siente recompensado al ver los frutos de años de educación y formación haciendo una diferencia positiva en el mundo.
Dr. Latif Hamed está ubicado en:
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